miércoles, 3 de julio de 2013

LA SOBERANIA Y EL RIDICULO / Hoy

La dignidad y el orgullo del nacionalismo de la revolución ciudadana -tan elogiado por Evo Morales- tiene un elemento muy perturbador: revela la dificultad de ejercer la soberanía sin desplantes ideológicos y políticos salidos de tono. En los últimos días, a propósito de la renuncia de manera unilateral e irrevocable a las preferencias arancelarias que otorgan los Estados Unidos al país, los alardes y desplantes rayaron en lo ridículo, con el ofrecimiento de $23 millones para financiar programas de capacitación en Derechos Humanos en los Estados Unidos. Ridículo porque la ironía -de bastante mal gusto- juega con un tema muy serio para los ciudadanos y las sociedades, de un lado; y de otro, porque el Ecuador está bastante lejos de poder presentarse como un país donde los Derechos Humanos se respeten de manera ejemplar; de modo que quien hizo ese comentario -como ya es característica suya- rayó en la superficialidad de quienes no pueden mirar más allá de sus narices ideológicas. Hoy, 1 jul. 2013, p. 5

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