domingo, 10 de marzo de 2013

LA TRAGEDIA GRIEGA / Zingalés, Luigi

Una tragedia griega típica se compone de tres actos. En el primero se dispone la escena; pero para que la trama alcance el clímax, hay que esperar al segundo acto. En la Grecia de la actualidad, la imposición de pérdidas "voluntarias" a los acreedores privados del país representa solamente el fin de la primera parte. La tragedia real todavía está por desarrollarse. A juzgar por las apariencias, el acuerdo "voluntario" con los acreedores puede parecer un éxito rotundo. Pero a pesar de estos resultados tan publicitados, la realidad es mucho peor de lo que parece. Incluso después del último acuerdo, la deuda de Grecia todavía representa el 120 por ciento del PIB del último año. Si la situación es tan dramática, ¿por qué la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional celebran con tanto entusiasmo el acuerdo alcanzado? Digámoslo en pocas palabras: porque el objetivo principal de estas instituciones era minimizar los efectos de una cesación de pagos griega sobre el sistema financiero internacional. Grecia, francamente, no era su prioridad. Dicho de otro modo, Grecia agotó su capacidad de compartir la carga de la deuda con el sector privado. La próxima vez, la factura la pagarán los contribuyentes europeos. El segundo acto de la tragedia griega enfrentará a los griegos, desesperados, contra otros europeos, furiosos y decepcionados. Habrá que esperar el clímax para saber si el intento de demorar lo inevitable sirvió para destruir la confianza de la generación actual en el proyecto europeo. Expreso, 27 mar. 2012, p. 9

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