domingo, 10 de marzo de 2013
EL NO MINISTERIO / Chiriboga, Manuel
Cuando se lea esta columna habrá transcurrido un mes sin ministro de Agricultura, el último desapareció sin dejar rastro ni huella significativa, salvo en el tema de banano, donde una decisión equivocada le costó el puesto. Desde entonces hay un ministro encargado, el de la Producción, que me imagino, distribuye su tiempo entre uno y otro. El despacho vacío es demostración de la poca importancia que tiene este ministerio o de la poca importancia que le dan en el concierto gubernamental; de hecho es revelador de que no saben qué hacer con él. Ya trataron con ministros empresarios, uno de la Costa y otro de la Sierra, un académico de prestigio y un técnico, todos de ciclo corto; ninguno satisfizo, pues pruebas al canto, todos fueron removidos por algún tropiezo y ninguno fue reciclado a otro ministerio, como es costumbre. Por suerte aun cuando es triste decirlo, el MAGAP no pesa mucho en la realidad del sector agropecuario. Me pregunto si la ausencia de ministro es señal de desamoramiento, quizás separación o peor aún divorcio, entre un Estado y una sociedad cada vez más urbana y una sociedad rural incapaz de postular sus sueños y necesidades. ¡Una tragedia realmente edipiana! El Universo, 11 mar. 2012, p. 6
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