jueves, 2 de mayo de 2013

INVERSIÓN EXTERNA, ALEJAMIENTO SECULAR / Carrera, Jaime

La inversión extranjera directa (IED) representa inyección de dólares en cualquier rama de actividad económica por parte de inversionistas extranjeros, que asumen directamente los riesgos sobre su inversión a fin de producir bienes y servicios, que al tiempo de contribuir al crecimiento del país y creación de fuentes de empleo les permite obtener rentabilidades compatibles con el riesgo asumido. Con frecuencia se suele confundir la inversión extranjera con los créditos externos. La primera, es capital de riesgo directo del inversionista, los segundos son recursos que debe pagarlos la sociedad mediante los tributos que nutren el Presupuesto General del Estado. En los últimos 42 años, el Ecuador no fue una plaza atractiva para el inversionista extranjero. En la década de los años setenta, el promedio anual de Inversión Extranjera fue solo de $68 millones de aquella época. Los recursos provenientes del primer boom petrolero desplazaron la necesidad de crear las condiciones para atraer inversión extranjera. Los países que han alcanzado el desarrollo o están en esa dirección han atraído inversión de afuera, como medio para asimilar tecnologías y nuevos procesos productivos, fomentar exportaciones e insertarse en la economía global. Diario de Negocios, 22 abr. 2013, p. 2

ACUERDO CON EUROPA / Pozo, Mauricio

Si se llega a concretar un acuerdo con la Unión Europea que conlleve principios comerciales, de cooperación financiera y tecnológica, entre otros ámbitos, habría que felicitar al Gobierno, pues esto es una necesidad que se ha venido comentando hace más de seis años como conveniente para el país. Que la expresión tratado de libre comercio es políticamente difícil de vender a un país lleno de ataduras ideológicas, pues póngale el nombre que se les ocurra. Lo importante es dotarle a la economía ecuatoriana de mayores y mejores instrumentos de inserción internacional que amplíe su capacidad de competitividad, crecimiento y progreso. Sería un absurdo oponerse a estas alturas del mundo a un acuerdo con Europa, pues caeríamos nuevamente en discusiones retóricas y obsoletas que vuelven a abordar criterios de sumisión, neoliberalismo o neocolonialismo que evidencian serios problemas de complejos sociales aún presentes en la mentalidad de algunos ecuatorianos. Hoy, 22 abr. 2013, p. 4

ACUERDO COMERCIAL CON LA UE

DEL DICHO AL HECHO / Hoy: El sector empresarial ha reaccionado con optimismo ante las declaraciones del presidente Correa en su visita a Alemania en las que expresó la decisión política del Gobierno para llegar a un acuerdo comercial con la Unión Europea. De otro lado, la canciller de Alemania, Ángela Merkel, ofreció apoyar al país ante la Comisión Europea para ese acuerdo. Sin embargo urge pasar del dicho al hecho y para ello dar respuestas viables para resolver temas como los de compras públicas y propiedad intelectual, pendientes desde al año pasado; y sobre todo al proceso de denuncia de los tratados bilaterales de protección de inversiones. Esos tratados deben sujetarse a las disposiciones de la Constitución en cuanto a la jurisdicción para los arbitrajes en controversias contractuales de carácter comercial. Los pasos concretos que dé el Gobierno para avanzar en el acuerdo con Europa darán señales de si se impone finalmente una visión pragmática o sigue el discurso ideológico en el manejo del comercio exterior que, sobre todo desde la Cancillería, ha retrasado tanto las negociaciones para el Ecuador. Sin acuerdo comercial, las exportaciones nacionales a ese mercado estarán en desventaja en relación con las de los vecinos y otros países de América Latina. Además, un acuerdo comercial será una señal positiva para incentivar las inversiones en el país. Hacer realidad y desarrollar los cambios en la matiz productiva que ha anunciado el presidente Correa como uno de los objetivos de su nuevo mandato requieren sin duda el concurso de la Inversión Extranjera Directa, que ha tenido una muy baja participación en el país a diferencia de los que ha acontecido en Colombia y el Perú. Hoy, 22 abr. 2013, p. 1

EL LIBRE COMERCIO NO ES UN MITO / Neira, Xavier

Hay que celebrar el compromiso que han sellado la canciller Merkel y el presidente Correa para la firma del Acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Ecuador. Si se firma, será un mensaje positivo que rompe prejuicios que el correísmo había impuesto como una suerte de aversión patológica, satanizando los Tratados de Libre Comercio (TLC) y el aperturismo que han adoptado la mayoría de países de América Latina luego del fracaso del modelo sustitutivo de importaciones, modelo inviable como la propia CEPAL reconoció en 1990. Hasta la ministra Cely, actual embajadora en EEUU se contagió hace tres años de ese entusiasmo "revolucionario" cuando declaró que el libre comercio era un mito, comentando la auto-exclusión del Ecuador de la firma del Acuerdo de la UE con 8 países de América Latina. Fue positiva la participación de Correa en el Foro para América Latina. Invitó a los inversionistas a venir al Ecuador advirtiendo que lidera "un proyecto de izquierda, pero una izquierda moderna". Es lo que llamo una izquierda pro-business. Este cambio -tardío pero positivo- supone que se han superado serios obstáculos que impedían el avance en los nudos críticos: patentes, compras públicas, manejo de deuda como tal o como inversión, protección de inversión, arbitrajes, etc. El siguiente paso del Ecuador debiera mirar la Alianza del Pacífico, proyecto que apunta al libre comercio, servicios, capitales y personas. Si queremos desarrollarnos tenemos que crear una mentalidad exportadora en nuestros empresarios. ¡El libre comercio no es un mito, es una necesidad! Hoy, 22 abr. 2013, p. 4