domingo, 23 de diciembre de 2012

LA SINRAZÓN, BIEN SUPERIOR / Carrera, Jaime

Un padre de familia responsable que gana $300 al mes cuida con rigor cada centavo. Para sobrevivir establece límites a los gastos del hogar, los prioriza. Si adquiere deudas debe ser más austero para pagarlas. Entiende que cualquier gasto arbitrario desestabiliza su hogar. Si encuentra $1 000 al salir de su casa, paga sus deudas y ahorra, jamás pretende gastar $1000 cada mes. No puede condenar a su familia a la pobreza, lucha por tener otros ingresos, trabaja duro. Luego, compra una casa, un carro, puede viajar. Su hogar siente la satisfacción de ser feliz con el producto se su trabajo. En los últimos cuatro años, incluido 2010, el Estado ha gastado $80 000 millones: los ahorros y toda la renta petrolera, cuantiosos ingresos por tributos y unos $7 000 millones por créditos, regalos, reservas y otras fuentes. En un país que sobrevive con dificultad se hizo todo lo contrario a la actitud de un padre de familia responsable. Se conformó un sector público con ingresos de ricos en un país pobre. Se acostumbró a la sociedad a vivir por encima de sus posibilidades y a creer que es posible vivir bien sin trabajar. Así como actúa un padre de familia responsable, el país debe limitar sus gastos a los precarios ingresos, ahorrar los regalos naturales, endeudarse poco y eliminar discrecionalidades en el gasto. La sociedad no puede sobrevivir eternamente; para estar mejor se requiere producir y producir, tarea propia de las iniciativas individuales y de las empresas. Causa dolor social estigmatizar la razón y hacer de la sinrazón un bien superior. Dinero, Diario de Negocios, 11 oct. 2010, p. 2

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