domingo, 23 de diciembre de 2012

AISLAMIENTO PROGRESIVO / Pozo, Mauricio

Sumamente difícil es entender la lógica del Gobierno cuando se observan sus decisiones internas y externas. Salta a simple vista que cualquier actor económico privado racional que necesita de recursos busca relaciones adecuadas con sus potenciales prestamistas. En el caso del Gobierno, de forma inaudita esto no ocurre. No tiene cómo cubrir sus necesidades fiscales, sobre todo para gastos de inversión, y redacta una Constitución donde renuncia a cualquier arbitraje internacional, "argumentando" siempre que la Revolución Ciudadana hace prevalecer el interés nacional y la soberanía. Discurso repetitivo y desgastado que ha provocado, paradójicamente, hacernos menos soberanos y más dependientes. Ahora, con el nuevo proyecto de Ley Fiscal nuevamente se menciona que el Ecuador renuncia a Tratados Internacionales y que no se someterá a arbitrajes internacionales sin importar si los contratos se suscriben en otras jurisdicciones. El resultado de esto ya empezó a manifestarse, pues el país no tiene quién le preste en condiciones adecuadas, se ha aislado de los mercados tradicionales de crédito y se ha visto forzado a recurrir a endeudamiento oneroso y también condicionado a la compra de bienes y servicios de empresas del país prestamista. Antes hablaban de la condicionalidad del FMI y del Banco Mundial, hoy no dicen nada. Nos acercamos a los países del Alba que todos juntos representan el 0,8 por ciento del PIB mundial y el 12 por ciento del PIB de América Latina y nos alejamos de los Estados Unidos que, entre 2006 y 2009, concentró el 44 por ciento del total de exportaciones ecuatorianas. Hace alguna lógica este manejo de las relaciones internacionales. ¿Es esto un Gobierno soberano? Para rematar, la economía crecerá cerca del 2,5 por ciento en 2011, tasa totalmente mediocre, entre el subempleo y desempleo está el 60 por ciento de la población económicamente activa, la pobreza se estancó en el 38 por ciento en los años de mayores ingresos petroleros de la historia y la desunión nacional es la tónica. Nos estamos separando del orbe y nos quedaremos muy "soberanamente" pobres. Hoy, 11 oct. 2010, p. 4

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