domingo, 16 de septiembre de 2012

ENTENDIENDO EL EMPLEO / Ricaurte, Miguel

En días pasados, el INEC publicó la más reciente cifra de desempleo, correspondiente a abril-junio de 2010. Mientras, a marzo de 2010, la tasa de desempleo se situó en 9,1 por ciento, para junio, había bajado a 7,7 por ciento. Esta disminución es notable a la luz del magro crecimiento del PIB del primer trimestre del año (0,6 por ciento apenas). El secretario nacional de Planificación y Desarrollo elogió el número resaltando que, de las 75 mil personas que dejaron de ser desempleadas, 62 mil consiguieron empleos a tiempo completo. Sin embargo, la lectura de las cifras no es tan positiva como la de las autoridades. Si bien la cantidad de desempleados cayó (de más de 418 mil a 343 mil), esto no significa que, de esa diferencia (75 mil aproximadamente), 62 mil hayan conseguido empleos fijos. Las personas tienen más opciones que estar ocupadas o desocupadas; las personas pueden cansarse de buscar trabajo y dejar de hacerlo. En ese caso, dejarán de ser parte de la fuerza de trabajo para pasar a la inactividad. Parte de los 75 mil desempleados menos debe haber salido de la fuerza de trabajo y parte de los 62 mil adicionales que ahora cuentan con trabajo puede haber venido de la inactividad. Las disminuciones en la tasa de desempleo no son la señal inequívoca de mejoras en el empleo. Importa también cuánta gente está participando del mercado laboral (trabajando o buscando un trabajo). Hay que pensar que la cantidad de desocupados puede caer no solo porque la gente encontró trabajo, sino también porque se cansó de buscarlo y, cuando fue encuestada, no se la clasificó como parte de la fuerza de trabajo. En resumen, la situación laboral en el Ecuador no ha mejorado en realidad. Ha habido creación de empleo formal, pero destrucción de trabajo subempleado, lo que ha hecho que caiga la cantidad de ocupados. Si bien disminuyó también la cantidad de desocupados, a la luz de esta evidencia, queda claro que esto no ocurrió porque los trabajadores, mayoritariamente, hayan encontraron trabajo, sino porque se cansaron de buscar y salieron de la fuerza de trabajo. Es demasiado pronto para quedarnos satisfechos con una tasa de desempleo que baja cuando el empleo no se está recuperando. Hoy, 18 ago. 2010, p. 4

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