miércoles, 1 de enero de 2020

Ecuador: Periodismo muriendo en vida

RAÚL BENOIT 
13 de julio de 2014

Primero amenazó con sancionarlos por dar información y ahora los amenaza por no darla a su gusto. La prensa ecuatoriana sufre una presión malsana del gobierno de Rafael Correa que pretende poner al periodismo a su servicio, como si fuese su vitrina propagandística.

El último acontecimiento que puso histérico a Correa fue porque la prensa de su país le dio poca importancia a un viaje que hizo a Chile, donde recibió un título de doctor honoris causa y aprovechó para entrevistarse con la presidenta Bachelet. Los periódicos lo publicaron pero con el debido valor que se le debe dar a los acontecimientos, según la transcendencia que tenga para la sociedad.

Los gobernantes tienen que aceptar que el periodismo no está al servicio de ellos particularmente y que las noticias que se publican tienen que ser de utilidad pública.

Según él, los diarios censuraron información de interés nacional y de inmediato ordenó, de manera abierta, al supuestamente independiente coordinador del Observatorio "ciudadano" de la Comunicación, que hiciese una investigación.

A través de su programa semanal, Correa incitó al pueblo a que se "organice y denuncie". Asegura que "nos están robando el derecho a estar informados". ¿Cuándo el público tiene ese derecho? ¿Solo para divulgar los laureles del gobierno?

A la fecha, en Ecuador hay 125 denuncias contra los medios usando la Ley de Comunicación, que acaba de cumplir un año en vigencia. Esta ley es una descarada forma del gobierno de censurar u obligar a la autocensura, que es una forma de sobrevivir de los medios.

Recordemos cómo uno de los diarios de mayor importancia, el periódico Hoy, resolvió suprimir la publicación impresa, de acuerdo a ellos, por "la pérdida gradual de libertades", sin contar con otro astuto mecanismo de censura: la asfixia económica. Este ahogo financiero viene siendo utilizado por otros gobiernos autoritarios como Venezuela, donde los medios impresos sobrellevan con dificultades la escasez de papel periódico.

Los gobiernos arbitrarios igualmente emplean otros mecanismos para controlar la información y es la compra de medios masivos. La defensa de ellos es que por décadas la prensa ha sido una tribuna de los ricos y poderosos.

Otro caso vergonzoso fue el que sufrió el periódico El Universo que pagó 100 mil dólares de multa por publicar una caricatura del allanamiento del periodista Fernando Villavicencio, quien era asesor de un diputado opositor y fue investigado por espionaje.

El periodismo en Ecuador está subsistiendo muerto en vida. Las investigaciones periodísticas prácticamente desaparecieron. Las entrevistas a funcionarios públicos solo se consiguen a menos que el gobierno tenga interés en difundir propaganda oficial.

Muchos críticos consideran que el más grave artículo de la ley de comunicación ecuatoriana es el 10, donde se fundamentan acciones punitivas "por contenido discriminatorio o incoherencias de titulares noticiosos". ¿Qué quiere decir esto? Es una manera de imponer reglas de ética por parte del Estado. La ética profesional tiene una sola cara y es el respeto a la gente y el derecho de la comunidad a estar bien y libremente informada.



Galileo el espía

Jeanette Hinostroza30 de julio del 2014
Galileo es uno de los más modernos sistemas de espionaje del mundo.  Fue desarrollado por una empresa italiana llamada Haking Team, especializada en interceptación de aparatos electrónicos como computadores y celulares.  

La empresa rusa Kapersky Lab y la canadiense Citycen Lab econtraron y decodificaron las herramientas de espionaje que ha desarrollado Hacking Team, y que han sido adquiridas por más de 60 gobiernos en el mundo para hacer labores de espionaje.  Los investigadores le hicieron seguimiento a más de 350 servidores de comando y control de Galileo, ubicados en más de 40 países; en la mayoría de naciones encontraron uno o dos servidores, pero se sorprendieron al descubrir 64 en los Estados Unidos, 49 en Kazakhstan, 35 servidores en Ecuador y 32 en el Reino Unido.  Sí, Ecuador está entre los países que más espías Galileo tiene.

Galileo es capaz de interceptar y robar contactos telefónicos, información de  mails, mensajes de texto, listas de llamadas; además, puede entrar al teléfono, tomar fotografías y activar el micrófono para escuchar conversaciones.  También puede saber exactamente cuál es la ubicación geográfica de la víctima.  En la versión de teléfonos androides, puede usar las redes WI FI para transmitir la información robada, sin tener que hacer uso de la red  celular.  Un vídeo que promociona los servicios de Galileo pregunta a sus clientes: "¿Quiere ver a través de los ojos de su objetivo? "  Esto, mientras la víctima lee sus mails, intercambia documentos y mensajes de texto …

Este tipo de herramientas podrían ser  adquiridas por un gobierno, para espiar a otros gobiernos o al crimen organizado, pero Citizen Lab destaca en su reporte que ahora se estarían utilizando para espiar a ciudadanos comunes relacionados con la oposición política, periodistas y activistas de derechos humanos.

Es difícil saber cuánto puede costar este sistema, pero especialistas en la materia calculan que, en el Ecuador, Galileo podría superar los dos millones de dólares. Increíble, 35 modernos y costosos servidores de comando y control para interceptar celulares y computadores; ¿qué peligros tiene nuestro país para que el Estado tenga que invertir el dinero que no tiene (hay $6 000 millones de déficit fiscal en el 2014) en aparatos para hacer labores de espionaje?  

A propósito, ¿no es precisamente este tipo de espionaje el que el Gobierno ecuatoriano criticó duramente antes de darle el asilo diplomático al hacker Julian Assange?  

Este es el problema cuando un gobierno mezcla los asuntos de seguridad nacional con su proyecto político; a pretexto de proteger a los ciudadanos, intenta calmar su paranoia gastando enormes cantidades de dinero en su propia protección y supervivencia.   



Balde de agua fría

Walter Spurrier Baquerizo

Domingo, 10 de agosto, 2014

La noticia era que estábamos a las puertas de firmar el ansiado acuerdo para financiar la construcción de la Refinería del Pacífico (RdP). El Gobierno tiene una estrategia de "cambio de la matriz productiva" cuyos dos pilares son el cambio de la matriz energética y la construcción de megaproyectos para producir materias primas. RdP es el megaproyecto estrella, de convertir nuestra exportación de crudo a combustibles. Es el más avanzado, los demás solo existen en PowerPoint.

Conocemos el proyecto solo a grandes rasgos. Se sabe que por insistencia del socio escogido, Petrochina, se redujo la capacidad de la refinería a 200.000 barriles diarios y el costo a USD 10 mil millones. El Ecuador tendría el 51% de las acciones; la mayor parte de su aporte vendría de un crédito chino. Luego la empresa se endeudaría con bancos chinos y levantaría el resto del capital.

Se fijó para mayo 30 la firma del acuerdo con las partes chinas participantes; se esperaba un desembolso inminente de USD 2.500 millones y que a más tardar en el 2016 se desembolsarían los otros USD 4.500 millones. Por fin, RdP se haría realidad.
Pero pasó junio, luego julio y no se volvió a saber nada hasta la sabatina de agosto 2, en que el presidente Correa, decepcionado, informa que el flamante gobierno del presidente Xi Jinping, dentro de su campaña de investigación de la corrupción del gobierno anterior (el Partido Comunista de China cambia los mandatarios del país cada diez años), había suspendido todos los desembolsos y que el lunes 4 llegaba una misión fiscalizadora de los créditos al Ecuador.

Pero también caben otras explicaciones, distintas a las que las autoridades chinas han dado a las autoridades nacionales.

Quizás a los chinos les han entrado dudas de la conveniencia de seguir presentando tanto dinero al país. En cuyo caso, a tiempo se colocaron bonos en el mercado internacional, y el código monetario facultará a las autoridades a invertir la liquidez bancaria en bonos del Estado.

O a lo mejor tiene exclusivamente que ver con RdP.
Las autoridades se expresan como si el éxito de todo megaproyecto está garantizado. No hay tal. Todo negocio conlleva un riesgo. Si las refinerías siempre hicieran plata, existiría un número infinito de refinerías. A lo mejor las petroleras y bancos chinos llegaron a la conclusión de que RdP es muy riesgosa.

¿Cuáles son las perspectivas del negocio refinador hacia el 2020, cuando RdP esté en plena operación?

La Agencia Internacional de Energía proyecta que "dada la construcción planificada de refinerías y el crecimiento de la oferta que evita pasar el paso por refinerías, como biocombustibles y líquidos de gas natural, la industria de refinación enfrenta un nuevo ciclo de márgenes débiles y una congestión de destilados ligeros como gasolina y nafta".

Mal entorno para un negocio de exportación de combustibles que recién se inicia. Y que tiene que pagar una deuda de USD 7 mil millones más intereses, parte de la cual es crédito al Estado ecuatoriano.

Es muy pronto para saber el alcance del "estate quieto" chino. Pero harían bien las autoridades en repensar desde cero la estrategia de cambio de matriz productiva.



Trabajadores capitalistas

Gabriela Calderón de Burgos
Viernes, 29 de agosto, 2014

Durante las últimas semanas hemos visto algo raro: una persona –que fue militante y diputado de un partido explícitamente marxista-leninista y luego presidente de un sindicato con las mismas simpatías ideológicas– defendiendo frontalmente la propiedad privada de los maestros sobre sus ahorros en el Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano (FCME). Me refiero a Juan José Castelló, presidente ejecutivo del FCME, otrora diputado del Movimiento Popular Democrático (MPD) y presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE). Los argumentos esgrimidos en defensa de la propiedad privada de los maestros afiliados al FMCE, sobre los fondos que han acumulado en cuentas individuales, merecen ser esgrimidos a favor del mismo derecho que deberían tener todos los trabajadores, no solo los maestros que representa el señor Castelló.

Uno de los principales objetivos del marxismo-leninismo es la eliminación de la propiedad privada. Entonces, ¿cómo es que profesores que por décadas han impartido en las instituciones públicas del país las ideas de la lucha de clases, del colectivo sobre el individuo, de la democracia del tumulto sin respeto al Estado de derecho, en el 2014 llegan a esgrimir argumentos propios del liberalismo? La respuesta es sencilla: la propiedad privada civiliza y los ha vuelto más respetuosos de la propiedad de otros también, porque si no como dijo Castelló: "Sálvese quien pueda".

La reacción instantánea de Castelló al proyecto de ley que busca transferir los 54 fondos complementarios al Biess fue que este era "confiscatorio y discriminatorio". Es interesante la mención de la discriminación dado que en el sistema actual, un tradicional monopolio estatal de la seguridad social, solo dos tipos de trabajadores pueden protegerse de las vicisitudes del IESS: (1) aquellos que tienen un ingreso por encima de cierto nivel y pueden suplementar su pensión estatal con cuentas individuales de ahorro para su jubilación administrados por empresas privadas; y, (2) aquellos empleados públicos que desde principios de los años noventa han ahorrado en cuentas individuales administradas de manera autónoma por sus representantes. En realidad es discriminatorio que solo estos trabajadores puedan elegir, así sea sobre tan solo una porción de sus ahorros, quién administra su dinero para la jubilación.

La experiencia demuestra que si se les da la libertad para elegir a los trabajadores, estos suelen preferir cuentas individuales de ahorros gestionadas por entidades autónomas. Mónica Ayala, presidenta del Fondo en Pichincha, indicó que el IESS administró por 45 años la denominada Cesantía Adicional del Magisterio sin obtener buenos resultados. Desde 1991 hasta la fecha, el FCME ha llegado a conseguir 146.000 socios que se afiliaron voluntariamente.

Se dice que los fondos del magisterio han sido manejados por el MPD y otros podrían decir que ahora se pretende que los maneje el partido oficialista. Pero la solución a esta sospecha de un manejo politizado de los ahorros de los trabajadores es permitirles a ellos, los dueños reales de los fondos, decidir libremente quién los debe administrar. Mientras continúen siendo clientes cautivos, seguirán vulnerables al mal manejo de sus ahorros.

Por eso tiene razón Castelló al decir que "nadie debe decidir sobre el dinero de otra persona". Agregó que no debe ser una decisión de una mayoría electoral, "sino el derecho de que cada uno escoja, con absoluta libertad, quién administra su dinero". Un liberal de mercado, confeso e irredimible, no lo hubiera podido decir mejor.


Mi manifiesto

Betty Escobar
28 de agosto de 2014

Creí ser más fuerte, creí que todos los días estaría positiva. Debo confesar que el fin de semana que pasó me sentí extenuada, harta, asqueada. ¿En qué momento algunos se dejaron llevar por el odio? Hasta llegué a preguntarme: ¿Vale la pena todo esto? Pero, aunque no lo crean, no pasó mucho tiempo para que yo misma me contestara: Claro que sí, por la libertad y los derechos, ¡vale la pena!

No puedo, ni debo perder las esperanzas de seguir soñando con el país que éramos. Algunos dirán: "Pero antes tampoco era bueno". Puede ser. Pero por lo menos en el Ecuador que yo crecí y viví por más de 28 años no se veían las cosas que vemos hoy.

¡Sueño con un país libre! Donde no nos digan qué debemos pensar, decir, criticar o cuestionar. Donde aquellos que alcen la voz, con todo su derecho, no sean tratados como criminales ni amenazados por aquello. Sueño con un país donde las autoridades no vean como delito opinar diferente. Sueño con un país en el que la balanza de la Justicia no se incline siempre para el mismo lado. Sueño con un país donde se acabe la persecución a quienes denuncian corrupción (y a sus familias).

¡Sueño con un país de libre información! Que se mantenga al tanto a los ciudadanos de lo que sucede en lo político, económico y social, sin que los periodistas sean calumniados, difamados e insultados por cumplir con su trabajo.

¡Sueño con un país que vuelva a ser unido! Serranos, costeños, cholos, indios, montubios, todos iguales, con los mismos derechos. Sueño con un país donde los que no tienen nada lleguen a tener algo y los que tienen más que otros no sean condenados ni castigados por eso.

Sueño con un país donde se deje de tergiversar los conceptos de odio (sentimiento de aversión y rechazo incontrolable hacia algo o alguien) y opinar (formar o tener una idea, juicio o concepto sobre alguien o algo). Odio y opinar NO son sinónimos. Sueño con un país donde no se fomente más el odio en cadena nacional de televisión y radio.

¡Sueño con un país donde a nadie se le ocurra pagar para que terminen con la vida de otro! Nunca antes habíamos visto eso en Ecuador o por lo menos no de la forma que es ahora. Veinte, treinta, cien mil dólares no alcanzan para ponerle precio a la cabeza de nadie. Que la gente vuelva a sentir lo frágil que es la vida y esta sea respetada. Sueño con un país donde no vivamos más en manos de la delincuencia.

Sueño con un país donde no haya miedo, porque ahora mismo lo tenemos todos. Quien diga que no siente miedo está mintiendo. El asunto es tratar de controlarlo para que no nos controle a nosotros.

Sueño con un país donde nos demos cuenta de que somos nosotros quienes mandamos, porque somos los mandantes, los que decidimos nuestro presente y futuro. Sueño con un país que ahora mismo no existe. Algunos me dirán ilusa, pero ¡no me importa! Prefiero pasar por tonta a ser cómplice de tanto abuso y atropello.

Y usted, ¿con qué país sueña? ¿O ya se conformó con este?

Sobre lenguajes y microbicidios

Antonio Rodríguez Vicéns
2 de September de 2014

No coincido con quienes sostienen que el lenguaje es un fenómeno secundario, de estilo, meramente formal. Ningún lenguaje es inocuo. Más allá de sus múltiples usos, expresa y refleja una realidad, un entorno y, por tanto, una visión del mundo. Varía de una época a otra, de una región a otra, de una profesión a otra, de una persona a otra. El lenguaje de nuestro gobernante es la manifestación de su universo interior, de sus concepciones vitales, de su actitud hacia los demás, de sus formas de sentir y de vivir. Además de su vulgaridad y su simpleza -supuestas cualidades populares-, de su intención de agredir, de su carencia de hondura, sutileza e ironía, contiene, en la práctica, altas dosis de agresividad y violencia.

Leamos: "¿Cómo ustedes creen que si uno ve a un payaso psicópata como Emilio Palacio -que además me da por el ombligo a mí, sería un microbicidio-, ¿ustedes no tienen ganas de caerle a patadas a un tipo así?". Tener eventualmente razón no significa poseer el supuesto derecho, garantizado por la impunidad del ejercicio hegemónico del poder, con burócratas sumisos e incapaces de cumplir sus obligaciones y de hacer respetar la ley, para insultar y ofender, mofarse e incitar a la violencia. ¿Qué es entonces llamar a una persona "payaso psicópata", o microbio, y expresar las "ganas" (transferidas a quienes lo escuchan) de "caerle a patadas"? ¿Es un defecto ser bajo de estatura, o ser, por ejemplo, alto, miope o calvo?

La lectura de estas expresiones me ha recordado dos conocidas anécdotas de otro político, Winston Churchill, quien en su época también tuvo una "imagen de liderazgo mundial". Lady Astor, la primera mujer que ocupó un escaño en el Parlamento británico, durante un debate, le dijo: "Si yo fuera su esposa, pondría veneno en su café". Churchill le replicó: "Si yo fuera su esposo, me lo bebería". George Bernard Shaw -nada menos- le envió dos entradas para el teatro con una nota de invitación: "Venga a mi comedia y traiga a un amigo, si es que tiene un amigo". Churchill le contestó con un breve agradecimiento: "Tengo un compromiso para el estreno, pero iré a la segunda representación, si es que hay una segunda representación".

Aunque las circunstancias son distintas, comparemos actitudes y lenguajes. La actitud de nuestro gobernante es agresiva y violenta y su lenguaje es burdo y grotesco, con signos de resentimiento y revanchismo. He leído sus expresiones con indignación y vergüenza. La política se ha convertido en un campo de batalla y de aniquilamiento. El crítico debe ser destruido. En las respuesta de Churchill, ingeniosas y de fina y sutil ironía, señorea la inteligencia. Las leemos con una sonrisa y sentimos que en el fondo, juguetona, refulge la alegría. Todos tenemos derecho -no se diga un gobernante- a defender nuestros actos y nuestra verdad con pruebas y argumentos. Con firmeza y altivez. No con insultos y agravios.

Los mortales y los inmortales

Francisco Febres Cordero
4 de Mayo, 2014

Los mortales tenemos limitaciones. Por eso: por mortales. Los inmortales, en cambio, no tienen ninguna. Por eso: por inmortales.

Es que los mortales, entre otros defectos, carecemos del sentido de la historia, de la trascendencia. Somos, en último término, efímeros, pasajeros.

Los inmortales no. Ellos vislumbran el futuro y dictan cátedra sobre los más diversos temas, sin posibilidad alguna de que alguien refute su sabiduría. Lo que dicen marca pautas para el devenir y queda escrito para siempre jamás en eso que llaman Historia o memoria colectiva.

Los mortales, como somos tan bastos, tan zafios, estamos sujetos a leyes que norman nuestra conducta, única manera que se ha encontrado para regular la convivencia y dirimir las controversias que van surgiendo en el camino.

Los inmortales son, en cambio, quienes dictan esas leyes y las imponen a rajatabla. Lo que dicen tiene que ser obedecido ciegamente; lo que ordenan debe cumplirse sin dilación; lo que piensan debe ser interpretado sin posibilidad de error ("No contemplo la posibilidad de una consulta popular", Libro de las Profecías, Yasunidos, capítulo V, versículo 18).

Los mortales somos llamados al orden no solo cuando usamos mal ciertas palabras, sino cuando endilgamos a otros algún calificativo que está mal visto o, mejor dicho, mal oído por quienes se encargan de hacer cumplir lo que los inmortales decretan. Por ejemplo, si alguien nombra como negro a un negro, tiene que pedir disculpas más temprano que tarde porque la palabra políticamente correcta impuesta por los inmortales es afrodescendiente, afroecuatoriano o algo así. Igual, si se le dice preso a un preso, o viejo a un viejo. Los mortales tenemos que aprender que los presos son ciudadanos privados de la libertad y los viejos son adultos mayores o, cuando menos, revolucionarios de tercera… edad.

Para los inmortales, en cambio, no existe ningún tapujo verbal y si quieren llamar a alguien enano lo hacen sin restricción alguna porque su alta condición de inmortales les permite. No están con subterfugios, melindres ni circunloquios y no dudan en echar mano a la condición física de cualquier persona para mofarse de ella: enano. Los inmortales son los únicos que llaman las cosas por su nombre, porque su condición no es humana sino divina, son dioses encarnados, Primera Persona de la Santísima Trinidad, pero con toga de honoris causa en la cabeza, que bajan a la tierra en su avión privado como si vinieran en las alas de la Tercera Persona de esa misma Trinidad.

Los mortales hemos sido hechos para recibir todas las afrentas, mientras los inmortales existen para lanzarlas a boca de jarro, cuando les viene en gana.

Por eso, para la posteridad Cléver Jiménez quedará signado como enano, así como otros han quedado estigmatizados como brutos, basuras, pobres hombres, limitaditos, ignorantes, corruptos o idiotas, para no seguir con esa interminable lista que, en el rito sabatino, se engrosa gracias a la palabra que sale de la boca de nuestro dios revolucionario, tonante y prepotente, supremo hacedor del buen vivir, creador del verbo y dictador del nuevo libro sagrado que se está escribiendo.



El Pulpo

Por: Gonzalo Ortiz Crespo

04/Mayo/2014

"No pude reprimir un gesto de repulsión. Ante mis ojos se agitaba un monstruo horrible … de ocho metros de largo, que marchaba hacia atrás con gran rapidez, en dirección del Nautilus. Tenía unos enormes ojos fijos de tonos glaucos. Sus ocho brazos, o por mejor decir sus ocho pies, implantados en la cabeza, lo que les ha valido a estos animales el nombre de cefalópodos, tenían una longitud doble que la del cuerpo y se retorcían como la cabellera de las Furias. Se veían claramente las 250 ventosas dispuestas sobre la faz interna de los tentáculos bajo forma de cápsulas semiesféricas … La boca del monstruo -un pico córneo como el de un loro- se abría y cerraba verticalmente. Su lengua, también de sustancia córnea armada de varias hileras de agudos dientes, salía agitada de esa verdadera cizalla … Su cuerpo … formaba una masa carnosa que debía pesar de 20 a 25 mil kilos. Su color inconstante, cambiante con una extrema rapidez según la irritación del animal, pasaba sucesivamente del gris lívido al marrón rojizo".

Son extractos de la vívida descripción de Julio Verne del primero de los pulpos que atacan al Nautilus y contra los que toda la tripulación tiene que luchar a hachazos, bajo el comando del capitán Nemo, en una de las escenas inolvidables de Veinte mil leguas de viaje submarino, ese libro leído y releído en nuestra infancia.

Al plantearme escribir esta columna, la imagen del gigantesco pulpo me ha venido con fuerza a la mente. Y es que quiero hablar ni más ni menos del descomunal pulpo en que se está convirtiendo el Estado ecuatoriano. Un pulpo que intenta atrapar a todas las instituciones del Ecuador. Mientras uno paraliza a la sociedad civil –ONG, asociaciones, clubes deportivos, sindicatos, organizaciones populares– sin permitirle libertad alguna, otro somete a la función judicial controlando todos sus movimientos, y un tercero al legislativo –donde la reciente persecución al asambleísta Cléver Jiménez es una demostración clara de cuán férreas son las ventosas, porque ni siquiera se protesta ante el írrito juicio que no podía haberse celebrado sin haber sido previamente levantada la inmunidad parlamentaria por la Asamblea en pleno–. Un cuarto tentáculo aherroja a la educación, mientras un quinto brazo atrapa con su hercúlea fuerza a los medios de comunicación, sea apropiándose de ellos, sea amedrentando a los que siguen en manos privadas, provocando la autocensura, el temor reverencial, con acciones en contra de escogidos actores para escarmentar a los demás.

Ahora el monstruo se retuerce y envía voraz otro de los brazos, so capa de una ley de Ordenamiento Territorial, contra los gobiernos seccionales, a los que la propia Constitución, recogiendo una tradición de siglos en nuestra patria, declara autónomos. Ya la administración que concluye en diez días hizo retroceder a la municipalidad de Quito, que era la que más había avanzado en ser un verdadero gobierno local, sometiéndola a los caprichos del pulpo. Pero viendo que las aguas se agitan, el cefalópodo quiere ahora vigilar, controlar y castigar a todos los municipios, convirtiéndolos en simples comisarías. Para el pulpo ni siquiera su propia Constitución vale. Lo único que quiere es asirlo todo con esos pies que le brotan directamente de la cabeza y avanzar hacia atrás.

Quiero hablar del descomunal pulpo en que se está convirtiendo el Estado ecuatoriano. Un pulpo que intenta atrapar a todas las instituciones.

Carta abierta: ¡Así se vive en Ecuador! Lo que Correa no contaría nunca,, peor durante su visita "memorable" a Harvard, Yale y MIT

Por Juliana Moscoso y Arianna Tanca
09 de Abril de 2014
 

La realidad de la vida en Ecuador es raramente mostrada internacionalmente por el régimen actual. El objetivo de esta carta abierta es mostrar una reflexión personal, desde una perspetiva ecuatoriana, sobre los temas que abordará el Presidente Correa en sus visitas a Harvard, Yale y MIT, donde dará conferencias "magistrales" (¡?) sobre el "milagro ecuatoriano".


Nuestra preocupación fundamental son las libertades individuales, que son atropelladas día a día por el régimen en Ecuador. Consideramos nuestro deber cívico como estudiantes, ecuatorianas y ciudadanas preocupadas, presentar ejemplos claros del mal uso del poder estatal durante los siete años de la Revolución Ciudadana.


La sabatina: Difamación y propaganda estatal

Correa se jacta sobre el desarrollo de la conectividad ferroviaria en Ecuador y el gasto público en las carreteras, pero eso no significa que debamos aceptar la arrogancia dominante y la difamación como la norma.


Podríamos ser más agradecidos si Correa no estuviese haciendo mal uso del aparato del Estado para beneficiar al partido en el poder, así como a su propio dominio. A través de sus discursos televisados al público ecuatoriano, utiliza la plataforma financiada por los contribuyentes para la propaganda del Estado, para hacer campaña por su partido político, Alianza PAIS (AP) , y para atacar a la oposición.


Cada sábado, Correa hace una transmisión desde alguna ciudad del país, para informar a los mandantes sobre las actividades oficiales. Sin embargo, esta no es más que una herramienta para difamar y denigrar a cualquier persona que contradiga su palabra. Por ejemplo, utiliza segmentos como "la amargura de la semana", dedicados especialmente a atacar a periodistas que se han atrevido a cuestionarlo y los acusa de politiqueros —qué irónico.


Janet Hinostroza, ganadora del Premio Internacional de Libertad de Prensa, es un caso de los muchos que sufren este acoso. Eventualmente, tuvo que renunciar por reiteradas amenazas a su vida. El Comité de Protección de Periodistas ha llegado a la conclusión de que Ecuador sufre de "una nueva era de represión generalizada, anticipada por noticieros privados, la promulgación de medidas legales restrictivas, manchando los críticos, y la presentación debilitante demandas por difamación".


Reelección indefinida y la Constitución:

El Estado de Derecho no es un juego, especialmente cuando involucra la relación —inequilibrada de poder— entre el Gobierno y sus ciudadanos. Ecuador se caracteriza por concebir a la Constitución como un proyecto político. A pesar de que critica —todos los sábados— a la partidocracia que estuvo antes de su mandato, ha caído en el mismo error: Reformar una constitución para acomodar sus necesidades.


No es sorpresa que ya se hable de la reelección indefinida por parte de Alianza PAIS. No nos sorprendería que la ley se apruebe, considerando la mayoría del partido oficialista en la Asamblea Nacional. Se necesitan 92 votos y AP tiene 100 curúles. El público en general no tiene voz ni influencia sobre la aprobación de esta legislación y, una vez más, perdemos la fe en el imperio de la ley. Esta reforma nos daría un monarca, no un presidente.


Ley de comunicaciones: Otra herramienta del Estado para amordazar a la disidencia

La "Ley Orgánica de Comunicación", utilizada por el Estado como un bozal para silenciar a la oposición: En el actual mandato de Correa, se ha ejecutado una nueva ley de comunicación. Esta "Ley Orgánica de Comunicación" (LOC), ha sido utilizada por el régimen como uno de los muchos mecanismos para restringir la crítica y la disidencia mediante la creación de un estado de la censura.


Xavier Bonilla, caricaturista político local, fue perseguido legalmente por publicar un dibujo que retrata la redada a la casa de otro periodista. Correa se refirió a él como "un asesino con la tinta". Bonilla se vio obligado a publicar un decoro y su editor (Diario El Universo) fue multado con una gran suma. El Diario El Universo, había recibido previamente acciones legales por parte del Gobierno. En 2011, el medio fue multado por una suma US$40 millones, al ser demandado por el Presidente acusándolos de calumnias. El periodista y los propietarios de El Universo fueron condenados a la cárcel. El caso fue desestimado después de un tiempo.


La artificial bonanza económica

Durante el mandato de la Revolución Ciudadana en el poder, se ha propuesto un nuevo plan de desarrollo para impulsar un cambio en nuestra economía. Cambiar nuestra "matriz productiva" tiene como objetivo modificar la estructura de la producción en Ecuador mediante la restricción de las importaciones.


La habilitación del crecimiento para toda la sociedad no se cuestiona en este caso, pero el doble estándar por el cual el Gobierno se maneja es inmenso. Mientras que el nuevo avión presidencial fue adquirido por US$50 millones del presupuesto estatal, lo que permite al presidente a seguir gastando libremente, los ciudadanos tienen restricciones para la compra de productos de su elección.


Por otro lado, el Gobierno afirma que la bonanza económica es el resultado de los últimos siete años del mandato de Correa, no que nuestra estabilidad económica artificial depende de altos precios del petróleo. Esto ha resultado en que la inversión extranjera en Ecuador es una de los más bajos de la región, con US$486 millones. Perú y Colombia, que reciben un promedio de US$12.827 millones en inversión extranjera, se han beneficiado de acuerdos de libre comercio como parte de la Alianza del Pacífico.


Por el contrario, el Ecuador sigue operando en una economía en clúster, jugando siempre en las ligas menores. Mientras que Ecuador ha disminuido sus niveles de pobreza en un 10,3 %, es importante recordar que este fenómeno es una tendencia regional sin relación con el mandato de Alianza País. Además, la pobreza se redujo en un 26,8 % en los 6 años anteriores a la entrega de Correa, y con menos gasto público.


Apoyando la autonomía personal

El Gobierno debería permitir que todos los ciudadanos gocen de sus derechos y libertad a pesar de su orientación política. Este principio es fundamental para el contrato social que hemos establecido con el Presidente Correa y que no él no ha podido sostener.


Aunque es un privilegio dirigirnos a ustedes, como ecuatorianos orgullosos, sería ingenuo de nuestra parte no considerar la posibilidad de repercusiones gubernamentales (o 15 segundos de fama llenos de blasfemias en una sabatina). La libertad de expresión es una virtud grabada en todos los individuos desde su nacimiento, y deberíamos beneficiarnos de esta, independientemente de nuestra ideología política o del gobierno. Sin embargo, la ley ejecutada por la Asamblea Nacional establece que los medios de comunicación son un servicio público y, por tanto, están sujetos a la regulación gubernamental.


Quisiéramos que Ecuador sea una sociedad libre para poder expresar nuestras opiniones sin miedo a represalias. Quisiéramos expresarnos con la libertad que tiene el Presidente cada sábado. La libertad de expresión no es ni pública, ni privada; es un derecho humano. Al escribir estas líneas en contra de la Revolución Ciudadana y su visión limitada de la libertad de expresión, estamos ejerciendo nuestro derecho a expresarnos, tanto nuestra opinión, como nuestra verdad.


La nueva campaña nacional de turismo establece que #AllYouNeedIsEcuador. ¿Qué tal si mejor vamos por la libertad?

 




El milagro del milagrero Correa

Santiago Jervis

24 Abril 2014

El presidente Rafael Correa no pudo expresar con mayor claridad en qué consiste el milagro que bajo su mando se ha operado en la economía del Ecuador. Lo reveló en una entrevista que concedió en Barcelona al diario Vanguardia.

El toque mágico, como se sospechaba, no ha sido resultante del doctorado en economía que obtuvo en una universidad norteamericana, ni tampoco de alguna norma o táctica nunca antes conocida. Se trata, simplemente, del petróleo.

La agencia AFP lo cita declarando que renunció a seguir protegiendo a la zona de Yasuní, defendida por los ecologistas, porque allí hay ricos yacimientos petrolíferos que hay que explotar "porque necesitamos de ese dinero para superar la pobreza".

"No tenemos otro camino" dijo el PhD en Economía. Trató de justificar la traición a sus principios, que los sostuvo durante siete años de su gobierno, al recordar que pidió al mundo que le regalen 3.600 millones de dólares para no tocar al Yasuní.

"No nos dieron ni el 3/1.000", se quejó. Tal actitud es comparable a la de un pre púber que promete a su mamita no cometer alguna travesura mayor, si a cambio ella le complace con alguna de sus golosinas favoritas. "Si no me la das", le amenaza, "me lanzo bajo el bus".
Si Correa estaba o está convencido de sus principios en favor de las zonas ecológicas de alto riesgo, debería defenderlos en todo momento y no someterlos a un baratillo de precios. Ahora, como justificándose, dice que la tecnología de extracción petrolera garantiza el menor impacto ecológico, pero ello no es ninguna novedad.

Como tampoco es novedad su endeblez e inconsistencia. Frente al reclamo de los ecologistas y simpatizantes que en el Ecuador quieren un referendo que autorice o no la explotación en Yasuní, el antes ardiente defensor de esa región ha bloqueado todo intento porque prospere esa petición democrática.

En alguna otra ciudad de España, país que ha visitado en estos días, uno de los asistentes a su conferencia se levantó y le reclamó por su doblez en el caso Yasuní. Era un inmigrante ecuatoriano, a quien le obligaron a salir de la sala los guardias de seguridad.

Con la sonrisita despectiva que le es típica, el mandatario dijo: "¿Y a ésto llaman ellos democracia?" Quiso decir: ¿cómo osan contradecirme? Su concepto de democracia es muy distinto, lo ha aplicado en el Ecuador sin resistencia y es el que alaba en Venezuela y Cuba. El derecho a discrepar está proscrito en el Ecuador.
Rige, por su decisión, inspiración y orden, una censura que no se limita a los escritos en diarios y revistas, ni a las opiniones en radios y TV. Se extiende a las fotografías y caricaturas de culaquier tipo de publicación y ahora recientemente al contenido e intención de comedias y demás actos de entretenimiento.

Varios periodistas indóciles han sido expulsados de los medios en que trabajaban y han pagado multas, junto con los medios (el monto de una de ellas se invirtió en la residencia de Correa en Bélgica). Otros han sido forzados a humillantes rectificaciones injustificadas, como el caricaturista de El Universo y el columnista del mismo diario Alfredo Pinoargote.

Censuras como la descrita son propias del Medioevo o de la extinguida URSS, entre los nazis, la Cuba del eterno castrismo y similares. Lo desconcertante es que Correa no se ha vuelto dictador por la vía de un golpe de Estado tradicional, sino a través de las urnas y maniobras dentro del sistema seudo democrático.

En siete años ha sido elegido y reelegido y ha triunfado en todo referendo o elección secundaria de su interés. En la última de febrero perdió, pero para él esa pérdida no es tal, sino un paso hacia adelante, hacia una nueva reelección que la misma Constitución que él forjó la prohibe.
Es probable que todos sus deseos se cumplan porque pese a los comicios de adversos resultados, las encuestas siguen revelando que la mayoría de la población ecuatoriana (algunas marcan 74%) lo ama y respalda. Si así se desarrolla la historia, entonces el "milagro" ecuatoriano continuará sin tropiezo alguno.

Correa se equivoca cuando dice que al país no le queda otro camino para salir de la pobreza que explotar más petróleo, en Yasuní o donde fuere. Más dinero del petróleo, con el estilo Correa, solo significará más dinero para el gasto público, no menos pobreza. La riqueza se crea de otra forma que acaso no aprendió él en las unversidades yanqui o belga donde estudió.

El gobierno no es creador de riqueza. Su función es aplicar leyes que otra función las dicta, para que la capacidad productiva de la población brote en forma eficaz y creciente. Para ello se requiere de un marco de libertad para ahorrar, invertir, inventar y comerciar, es decir, un mercado libre sin interferencia gubernamental.

Correa ha absorbido los poderes de un gobierno que democráticamente se divide en tres. E interfiere permanentemente en el mercado para impedir la libre circulación de ideas (censura) y el libre flujo de capitales y de comercio interior y exterior. Los resultados han sido aumento de la deuda pública, corrupción, desempleo, más pérdida del aliciente de inversión.

Mas el gasto público está llegando al tope del endeudamiento. Correa está preocupado y para ello ha ido casi de incógnito a los Estados Unidos a conseguir un préstamo del antes odiado Banco Mundial. Y ahora quiere arrasar con los "yasuníes" y extraer más petróleo, porque los chinos le dijeron "basta", ya no más créditos sin pago cierto.

El milagro del milagrero Correa puede irse al tacho de basura si los precios del petróleo caen, como muchos entendidos lo predicen. Es de confiar que tal ocurra antes del nuevo asalto al poder que Correa tiene planeado para el 2017. Por la vía de las urnas...





Banana Republic

Antonio Villarruel
14 DE MAYO DE 2014


Recogiendo doctorados honoris causa ha pasado el Mashi durante estas semanas. Verlo irse y volver, orondo, siempre listo para disparar burlas y denostaciones, ahora fatiga, aburre, no sorprende más. El cinismo se ha vuelto lugar común en la política hiperpublicitada de este país, que es más banana republicque nunca, que es más no-republica que cuando los presidentes patéticos bailaban en Carondelet, solo a punta de amenazas y ejército. Cuando la repetición de la publicidad engañosa en todo lado se satura y vuelve infértil el apoyo de estadio, de reciénvenido, de barrabrava que pide la 35, siempre se echa mano de  alguien que corrobore esa entelequia que han dado por llamar "el milagro ecuatoriano": siempre, otra vez, hay gente que quiere venir pagada al Ecuador a darse una vueltita y alrededor de la que se organizan simposios, foros y cocteles sesudos. La legitimación por el lado académico ha sido un descubrimiento tardío pero reditual de un movimiento político sembrado de egos de aula de clase. La conclusión, no obstante, es la misma en todo momento y suele estar aderezada de consignas que se cantaban en los tiempos de Allende para cooptar más adeptos. Allí está la izquierda: en el correísmo. No hay otra salida: si no, si no son los salvadores de la patria, nos toca otros mil años de oligarquía.

Es probable que la confrontación en sí misma no esté mal. Hay veces que de hecho ayuda. Lo extraño aquí es corroborar cómo, mientras la derecha asiste atónita a ver la clásica pelea entre zurdos que se fraccionan hasta el infinito, la Revolución del Mashi ha optado por reñirse con las bases que votaron por él, que lo encumbraron como el dirigente que le iba a sacar al país del marasmo mediocre en que vivía y del acoso de los intereses del capital.

No hay tal. Las grandes empresas del Ecuador, contra las que pontificó y sigue pontificando el Mashi, tienen un paisaje de película, embotellando alcohol importado en el país para no pagar impuestos, brindándole servicios de hotelería y preparación de eventos al Estado, derivando los ahorros y los sueldos de los burócratas en sus cuentas, u ostentando beneficios anacrónicos proteccionistas. Haciendo monopolio donde todavía pueden hacerlo. Los réditos políticos de tal cálculo se ven en el aire en un silencio cómplice y paradójicamente elocuente, que habla más de lo que Correa es capaz. O sea, muchísimo.

Ya es hora de decirlo: a Correa le sostiene una base grande que cualquier gobernante quisiera, pero está orondo y peleón gracias, también, al apoyo de grandes conglomerados empresariales que han pasado de puntillas por las reformas. Lejos queda el berrinche del empresario textil Pinto, que se marchó con parte de su producción al exterior.  Con el pretexto de sembrarlo todo de producción ecuatoriana, este gobierno ha despolitizado su gestión sin miramiento alguno: valen lo mismo los viejos apoyos sospechosos de los capitales acumulados que las mentes lúcidas y los corazones ardientes.

Mientras tanto, estas semanas Correa y su equipo de ministros han creado un clima pocas veces antes visto de agitación social y confrontación: a la burla a la que le hacen acreedor a Yasunidos, se ha sumado la criminalización de la protesta, aunque esta vez haya incluido el asedio de pueblos y dirigentes indígenas, en pos de la defensa ferviente del modelo extractivista que se juraron ante las urnas desterrar del país. Los ecologistas infantiles, los indígenas de poncho dorado, los retardatarios, los corruptos, los sinvergüenzas, las gorditas horrorosas son cada vez tantos, son cada vez más, y son cada día en mayor número quienes fueron sus aliados.


Enmiendatitis

Francisco Febres Cordero
1 de junio, 2014

¡Chuta!, desde que el excelentísimo señor presidente de la República se volvió enmiendoso y aceptó que la Asamblea enmiende la Constitución para que haya reelección indefinida, todo ha comenzado a enmendarse en el país.

El viaje de la Tri al Mundial, por ejemplo, estuvo lleno de enmiendas. Primero, la Selección fue despedida en el Palacio presidencial y, cuando ya se iba, la gente enfervorizada comenzó a gritar: ¡Selección, Selección! Pero como los jugadores entendieron ¡reelección, reelección!, corrieron a la Asamblea donde los asambleístas, a cambio de que los de la Tri se dejaran tomar fotos con ellos, les firmaron la enmienda. ¡Ya nos fregamos!: en el 2018 vamos a tener la misma alineación. Ojalá ganemos.

Henchido de amor patrio, hasta el Banco Central se enmendó y, aunque ya no era emisor desde que se implantó la dolarización, emitió en honor de la Tri monedas de oro y plata que ahora son de curso legal, como llamamos los economistas a las monedas que pasan de mano en mano y no como esas electrónicas que ya mismo entran a regir por otra enmienda.

Contagiado con el virus, el Glas también se enmendó y por eso ha ordenado que su despacho vicepresidencial se enmiende para que esté a tono con la nueva matriz productiva. Por eso ha de ser que ha mandado a que le construyan en su suite una cama de madera de nogal, de dos plazas y media, con un respaldar de vidrio templado. Chuta, creo que la enmienda radica en que esa cama no ha de servir solo para cambiar la matriz productiva, sino sobre todo para cambiar la matriz reproductiva (de su sucesor, claro, por siaca él no resulte reelegido). La suerte es que mesejante cama solo va a costar 4.346,82 dólares, o sea más o menos a unos cincuenta dólares por dormida completa y 25 por siesta.

Pero como el Glas no solo se pasa durmiendo, ha mandado también que le fabriquen una estación de trabajo de madera color sapelli (¿qué color será el sapelli?, ¿verde agua será?, ¿rojo será?). En esa estación ojalá el Glas se estacione mucho para trabajar, porque cuesta 3.365,28 dólares.

Para cuando tenga que sentarse de lo tan cansado que ha de estar estacionado en la estación, ha ordenado un sillón empresarial tipo ejecutivo, o sea bien mullido, por 1.822, 86 dólares. ¡Qué enmiendoso el Glas! Cómo será que está enmendando su recámara, que para nomás de ver la tele ha pedido dos muebles, uno para el dormitorio y otro para la sala, a 6.403,38 dólares. Pero como pueden caerle invitados, las sillas y una mesa ejecutiva que se ha mandado a hacer cuestan 7.141,87 dólares. Y, claro, para después de levantarse de la cama, ha dispuesto un jacuzzi porque, pobrecito, de tanto estar ora echado, ora sentado, ha de haber descubierto en el rincón del vago.com que lo aconsejable es sumergirse en un baño de asiento, dada la altísima dignidad del cargo en que sienta.

Ojalá que el Glas, como viajó al Uruguay, haya visto el ejemplo del Mujica y a su regreso le diga al excelentísimo enmiendoso que lo que hay que enmendar es el despilfarro, la prepotencia, la soberbia, y entender que el poder está hecho para servir y no para servirse de él.


La importancia de llamarse Rafael

Por: Diego Ordóñez
29/Mayo/2014  

"The importance of being earnest" es una comedia frívola de Oscar Wilde que habla de la importancia de ser serio u honesto, en otra traducción del título. Y en otra, de la importancia de que te llamen honesto. La obra se popularizó como si "earnest" significara Ernesto. En cualquier caso, es importante tener un nombre en especial, que atribuye cierta virtud. En el caso de la obra de Wilde, ser serio, franco y honesto.

Podemos cambiar de opinión, lo que es in cluso evidencia de inteligencia al integrar nuevos conocimientos o nuevas experiencias. Mas,  puede expresar que el que sostiene un concepto no es serio ni franco en sus decires.

La portentosa publicidad, posible por el inagotable flujo de dinero público usado para pagarla, convirtió a Rafael en el producto. En el inspirador. En el hacedor. En el alfa (como líder) y el omega, como principio y fin de la refundación. No a Virgilio. No a Augusto. No a Marcela o Gabriela. Única y exclusivamente a Rafael. Así, adquirió el aura de gran elector de otros y sobre todo de sí mismo. Los artífices de la propaganda consiguieron el objetivo de todo modelo caudillista. Tener un caudillo irremplazable.

Luego de siete años de pulir y abrillantar su imagen, llegó el momento de usar retórica al estilo Evita (gurú del populismo) e inmolarse –en sentido figurado-. Mi vida ya no es mía, ha dicho; ni de su familia, se entiende, para decepción de los que pensaron que su ofrecimiento de ir a vivir con ella en la patria de Leopoldo era motivo de homenaje a sus reiteradas sentencias de lo malo de una tercera reelección.

La dureza de las cifras, que muestra la debilidad electoral sin la presencia como candidato del único posible, es motivo suficiente para olvidar cualquiera de esas sentencias éticas que algunos incautos se tragaron como quien traga la rueda de un molino. El cambio de la Constitución era obvio. Y cualquier contradicción que sirva para acusar falta de seriedad y honradez en el pensamiento sería prontamente encubierta por la publicidad que mostrará a la mentira como verdad; como meritoria.

Es mucho lo que perderían quienes han detentado el poder con control absoluto. Primero, todo ese poder y la impunidad. La publicidad convierte este temor en amenaza de que la "restauración conservadora" detenga lo que llaman revolución. En el fondo, y saben, un cambio político de correlación de fuerzas provocará que se abran procesos investigativos y de fiscalización represados en estos años.

Y para que los conmilotones del caudillo transmuten cualquier duda u oposición, fruto de algún vestigio de pensamiento democrático, en discurso de defensa está el sentido práctico. Sin Rafael, el único e insustituible por magia de la propaganda, no volverían a los puestos de elección que en solitario son imposibles, o ministerios, embajadas u otra presea burocrática. En cualquier caso, en algo tienen razón. Sean las urnas las que hablen. Aunque decirlo suene ingenuo por la inmoral desigualdad electoral. Pero, allí hay una causa para librar una batalla ética para que la decisión no provenga de la Asamblea que sobre representa la primera minoría y que es obsecuente; sino en CONSULTA. Al fin, esto parece más importante que decidir sobre clausurar tragamonedas

No a Virgilio. No a Augusto. No a Marcela o Gabriela. Única y exclusivamente a Rafael. Así, adquirió el aura de gran elector de otros y de sí mismo


El inimputable

Francisco Febres Cordero
8 de Junio, 2014

Yo sí me preguntaba: ¿Por qué si el excelentísimo señor presidente de la República insulta tanto en las sabatinas, es él quien mete los juicios a los que osan topar su sacrosanta dignidad? ¿Y por qué los agraviados no pueden sacarle a él la perimbucha? ¿Y por qué si algún funcionario del Gobierno, sea persona, animal o cosa, quiere rectificar una información, puede hacerlo y, en cambio, no puede quien es vapuleado en las sabatinas? ¿Por qué?, decía yo, sin encontrar una respuesta, dada mi limitación propia de animal o cosa.

Pero, mágicamente, a mi ayuda acudió el mismísimo Tribunal de la Santa Inquisición Revolucionaria que, revestido de Supercom, solucionó mis dudas: la Ley de Comunicación no es aplicable a las sabatinas porque estas no tienen un contenido comunicacional. ¡Qué revelación!

O sea que el enlace en que el excelentísimo señor presidente de la República insulta cada sábado a todo lo que se mueve al frente, sea persona, animal o cosa, y que es difundido por una enorme cantidad de radios y canales de televisión, no puede ser regulado por ninguna ley porque ¡eureka!, el excelentísimo señor presidente de la República no es un medio de comunicación y lo que dice ahí lo dice en un acto de gestión pública. Elé.

Con esa decisión, que resulta clarita, los juristas llegamos a la conclusión de que el excelentísimo señor presidente de la República se equipara a los niños y a los locos porque, igual que ellos, es inimputable y, por tanto, está eximido de responsabilidad.

Pobre excelentísimo señor presidente de la República. ¡Ya lloro! No solo que los malos de la Supercom le despojan de su categoría de medio, que durante siete años con sus noches se la ha ganado a pulso, sino que, además, le convierten en "incapaz para entender que su conducta lesiona los intereses de sus semejantes".

O sea que lo que quiere decir el Tribunal de la Santa Inquisición es que todos los idiotas, retardados, brutos, tipejos, basuras, imbéciles, idiotas, ignorantes, puercos, enfermos, limitaditos, perros, insignificantes, tontos, miserables, pelagatos, amorfos, antiéticos, bocones, buitres, canallas, charlatanes, cínicos, cizañosos, cobardes, descarados, enanos, envidiosos, falaces, farsantes, fascistas, gallinazos, garroteros, delincuentes, hipócritas, incapaces, inmorales, ladinos, ladrones, majaderos, mediocres, payasos, pillos, sapos, sinvergüenzas, terroristas, torpes, trompudos y vendepatrias que se atreven a incomodar al excelentísimo señor presidente de la República, ya sea por medio de la palabra escrita o verbal y de dibujos o caricaturas, pueden ser condenados a la hoguera, mientras el excelentísimo señor presidente de la República tiene la facultad de seguir diciendo cada sábado lo que le viene en gana, sin posibilidad alguna de que alguien le obligue a rectificar ni, peor, a conceder al agraviado el mismo espacio sabatinesco para defenderse.

Y todo porque el excelentísimo señor presidente de la República ha resultado inimputable. Menos mal que esa inimputabilidad le ha de haber sido adjudicada porque los de la Supercom le consideran niño. El riesgo está en que cuando esa inimputabilidad sea declarada indefinida por la Asamblea, el excelentísimo señor presidente de la República crezca y los de la Inquisición –¡Dios no quiera!– se vean obligados a cambiarle de categoría.


Ego


Simón Pachano
Lunes, 9 de junio, 2014

Estaban equivocados quienes creían que con la Ley de Comunicación se perseguiría solamente a quienes se atrevieran a hablar. Nunca se imaginaron que similares o peores sanciones podrían derivarse del silencio o de la escasa importancia atribuida a un hecho. Es comprensible que hayan caído en ese error porque nadie que goce de sus plenas facultades podría tomar en serio la obligación que tienen los medios de "cubrir y difundir los hechos de interés público" y que la "omisión deliberada y recurrente de la difusión de temas de interés público constituye un acto de censura previa" (artículo 18).

Cuando se debatía la ley, muchas voces hicieron notar el absurdo de una disposición de esa naturaleza. Pero, ya que lo que cuenta es el número de votos y no la racionalidad de los dóciles asambleístas, la ley fue aprobada con esa y otras barbaridades. Aquellas mismas voces dijeron que esa disposición constituye un instrumento de censura previa ya que establece contenidos obligatorios para los medios. Se la comparó incluso con lo que ocurre con los regímenes totalitarios, donde está claramente definido el índice de los temas que deben ir en titulares y los que no deben ser nombrados. Se preguntó también sobre la institución o la persona que tendría la potestad de calificar a un tema como de interés público, porque alguien debería definir eso.

Esta última inquietud ha tenido ya una respuesta en estos días. Como no puede ser de otra manera en la tierra del caudillismo indefinido, no es necesaria una institución que asuma esa facultad. Para eso está el líder. Al fin y al cabo, si él define lo que es verdadero y lo que es falso, lo patriótico y lo antipatriótico, lo revolucionario y lo contrarrevolucionario, cómo no va a definir cuáles temas son de interés público y cuáles ni siquiera deben merecer una línea. Basta que un sábado cualquiera asegure que un viaje particular a otro país es un hecho que debe interesar a todo el país para que aparezca un acucioso individuo dispuesto a jugarse por el proyecto y presente la correspondiente denuncia en la Superintendencia de las comillas.

Si esa disposición de la Ley de Comunicación llamó la atención por la irracionalidad y por el contenido abiertamente represivo, la actitud del líder sorprende aún más por el grado al que puede llegar el envanecimiento. Los medios de comunicación dieron la cobertura que se merecía un viaje particular a Chile, como lo han hecho en múltiples ocasiones con otras actividades que él desarrolla en su vida privada. Por esa vía nos enteramos de su opinión sobre el acceso de Bolivia al mar y pudimos saber que eso no cayó bien a algunos expresidentes chilenos. También conocimos extractos de su discurso en la entrega del doctorado honorífico, en el que, como corresponde, destacó la manera en que sus inigualables cualidades personales han podido producir el milagro ecuatoriano. Pero, para él y para el agencioso individuo denunciante todo eso fue insuficiente. Es que no comprenden que en ningún medio cabe tanto ego.


Ficciones de la democracia

Roberto López Moreno   
2014- 06-08
La palabra democracia viene de demos (pueblo) y kratos (poder). Por eso significa "poder o gobierno del pueblo". Pero si alguien gobierna para siempre y no el pueblo, el "demos" ya no actúa, al no alternarse el poder entre los ciudadanos. Se destruye así la democracia.

Encima manipularon la Constitución para sus fines. Antes de Montecristi, solo podíamos ser llamados a consulta para responder sobre "asuntos de trascendental importancia para el país". Del país, no de PAIS, a quien lo único que importa es apoderarse del Ecuador para siempre.

Si estuviera vigente la Constitución anterior no podría haber una consulta para que sean nuestros eternos dueños, porque eso no es "de trascendental importancia" para el país, sino para ellos.

Esa misma Constitución obligaba al que sabemos a quedarse un año después de su ejercicio para responder por su gobierno. No podía irse. Pero la cambiaron y ahora el mismo día que termine su mandato puede ir a disfrutar de las delicias belgas. ¿Por qué no quisieron que se quede, tal como lo ha establecido la Constitución a través de los años? ¿Por qué había que blindarle la retirada si no ha hecho nada malo?

¿Casualidad? Ya estamos viejos para ser ingenuos. Aquí hay un plan preconcebido y diseñado para cuidar la retirada del gobernante. La "enmienda" de la constitución anterior lo prueba.

En cuanto a la alternancia, deben comprender que hay que darle chance a los demás. Entiendan: el país no es suyo. El Ecuador es de todos, no solo de ustedes. Ya váyanse. Han estado 7 años disfrutando de las delicias del poder.

¿No es suficiente?

¿No se han llevado ya todo lo que podían llevarse en materia de satisfacciones espirituales?

Mientras todo esto sucede, nos venden el oro físico y Ramiro Aguilar denuncia que el Central quiere sacar divisas del país con un trámite sumarísimo. Como estamos entretenidos discutiendo la eternidad del Supremo, su denuncia no se escucha. Nos tienen ya acostumbrados a las tácticas de distracción.

Lograron domesticarnos.

 

El número 11

Francisco Febres Cordero

15 de junio, 2014

Preocupadísimo estoy. No pues por la Tri que, pierda o gane, por lo menos no demanda. Por el excelentísimo señor presidente de la República estoy angustiado después de que despotricó porque los periódicos no habían informado con suficiente despliegue su merecidísimo decimoprimer título honoris causa en Chile, tanto que el señor Carlos Vera Quintana demandó a cuatro medios ante la Inquisición.

¡Qué brutos los periódicos! ¡Cómo no se dieron cuenta de que ese era un acontecimiento de primerísima importancia mundial, tanto como la abdicación del rey Juan Carlos o la separación de Antonio Banderas con Melany Griffith! Al fin y al cabo, once títulos honoris causa para una sola persona no son pelo de cochino. Imagínense si saliera con toditos esos a la calle, cómo le asaltaran. Con razón tiene que andar con su caravana de guardaespaldas.

Pero la prensa no dio suficiente importancia a ese hecho que, francamente, sí merecía un gran despliegue en la sección de avisos clasificados, por lo menos.

¿Y ahora? Bueno, ahora mi preocupación va porque como ha comenzado el Mundial, el excelentísimo señor presidente de la República puede volver a quejarse con el argumento de que no le han dado suficiente despliegue. No pues al Mundial, sino a él que, por esa razón, puede quedar relegado a segundo plano, sin partidos que jugar ni goles que anotar.

¡Atenti prensa, atenti!, como diría el poeta de la revolución ciudadana cuando transmite. En este Mundial hay que marcar a presión al excelentísimo señor presidente de la República, anotar todas sus demarcaciones y sus embarcaciones en su avión particular, sus fuera de juego, sus metidas de manos al balón y sus putiadas a todos los árbitros que no le hacen caso cuando él dice que una falta no merece tiro libre sino cárcel, por ser una jugada subversiva y terrorista.

Verán, periódicos, que les advierto: ¡Cubran a presión al excelentísimo señor presidente de la República! Por favor, no le dejen solo, que se resiente. Saquen en primera página su foto desayunando antes del partido, almorzando durante el partido y cenando después del partido, que por algo es él quien ha ganado todas las elecciones y no como el Antonio Valencia, que no ha ganado nunca ninguna. Y aprovechen que ya no está lesionado de la rodilla y puede saltar altísimo cuando la Tri mete gol. El gol pueden, prensas, omitir, pero el festejo presidencial ¡por favor!, no.

Chuta, es que el excelentísimo señor presidente de la República es realmente la figura del Mundial: el mejor número 11 honoris causa, considerando que antes que él solo habían llegado al número 10 los limitaditos como Pelé, Maradona o Messi.

Ojalá la televisión también se haga eco de este estado de sensibilidad presidencial y realice unos paneos bien chéveres de cómo el número 11 honoris causa sigue, partido a partido, todo el campionato, acompañado por todos sus ministros que, calladitos, se abstienen de opinar; los asambleístas que miran con la mano ya alzada, por siaca, y los jueces que pitan y sacan tarjeta roja por orden del número 11 honoris causa, que siempre tiene la razón.

O sea horrible va a estar este Mundial, francamente. Ojalá se acabe rápido.



martes, 31 de diciembre de 2019

Moralina del eufemismo

Iván Sandoval Carrión
24 de junio de 2014

¿Qué es una persona con hábitos compulsivos de consumo de etanol?: un alcohólico ¿Y alguien con hiperdesarrollo lipídico y ponderal?: un gordo ¿Y un funcionario público con alternativas éticas subjetivas, pragmáticas y opcionales?: un corrupto ¿Y una persona con inclinaciones académicas y laborales especiales?: simplemente un vago. Son ejemplos ridículos del abuso del "lenguaje políticamente correcto", que es un recurso a los eufemismos para evitar el uso de términos que podrían resultar insultantes o peyorativos para las personas aludidas. Un eufemismo es una figura de la retórica que sustituye palabras que se consideran groseras y encubre realidades incómodas o desagradables.

El lenguaje políticamente correcto es el preferido por los políticos, obviamente, y se convierte en el vocabulario oficial de algunos gobiernos porque mistifica y disfraza aspectos de la realidad social, cultural y económica que deben permanecer ocultos. La utilización de este léxico para defender –supuestamente– los derechos de ciertas minorías es solamente la pantalla "eufemística" del poder para quedar bien ante estos grupos y ganárselos como electores potenciales. La argumentación de quien se sirve habitualmente de los eufemismos, alude a la defensa de los derechos humanos y la democracia, y ello convierte al lenguaje políticamente correcto en un modo de hablar hipócrita y moralista que esconde sus verdaderos propósitos: dominar y perpetuarse mientras pueda. La trampa de esta jerga, es que los términos inventados devienen "incorrectos" con el tiempo, y entonces deben crearse otros en su lugar.

Un ejemplo universal es el uso extendido del término "afrodescendiente" en lugar de "negro". Su empleo es inadecuado, porque "afrodescendientes" somos todos los seres humanos, si damos crédito a las investigaciones de los Leakey, quienes encontraron las huellas más antiguas de homínidos y homo sapiens en las llanuras de lo que hoy se llama Kenia y Tanzania. Además, la palabra no especifica si se trata de descendientes de los pueblos que se hallan al norte o al sur del Sahara, y que difieren notablemente entre sí en sus lenguas y demás rasgos culturales, además del color de su piel. En nuestro caso, ¿no sería más "correcto" preguntar a los ecuatorianos que habitan en la provincia de Esmeraldas y al norte de Imbabura cómo prefieren ser llamados? Porque quizás ellos están orgullosos de ser considerados negros.

Otro problema de los eufemismos, es que la vacuidad de las palabras creadas e impuestas no logra modificar de manera suficiente las realidades que pretende disimular o las nuevas que intenta construir. Un ejemplo es la invención de los sintagmas "centro de rehabilitación" y "PPL persona privada de libertad" en lugar de "cárcel" y "preso": ¿En qué medida el uso de esta "coba" oficial ha cambiado la realidad brutal de todas las personas que están detenidas en estos lugares? Si un nuevo significante crea realidades antes inexistentes, no puede hacerlo allí donde nada ha cambiado en la estructura y en la posición de los sujetos ¿No será que el lenguaje políticamente correcto esconde la misma moralina mojigata y condescendiente que sustentaba antiguamente el abuso de los diminutivos por parte de nosotros, los blancomestizos, cuando nos referíamos a los "negritos", "cholitos", "cieguitos", "muditos", etc.?

¿Enmienda o reforma?

Mauricio Gándara Gallegos
 22 de Marzo, 2014

Es necesario esclarecer si la modificación constitucional propuesta por los partidarios de una nueva reelección del actual presidente puede hacerse mediante enmienda o mediante reforma parcial. Si se tratara de una enmienda, estaríamos en el caso del artículo 441 de la Constitución, y la Asamblea podría realizarla sola, entre cuatro paredes, eludiendo el ahora temido pronunciamiento popular en referéndum. Pero si la modificación implica una reforma parcial, entonces nos encontramos en el caso del artículo 442 de la Carta Política, y el referéndum es obligatorio, legalmente ineludible. Es la Constitución la que distingue entre enmienda y reforma y señala caminos distintos para uno y otro caso. Debemos, pues, recurrir al Diccionario de la Real Academia para desentrañar el significado de una y otra palabra, constantes ambas en el capítulo tercero de Reforma de la Constitución.

Enmienda. "Acción y efecto de enmendar o enmendarse".

Enmendar. "Corregir, quitar defectos".

Esto es lo querido por la Constitución cuando habla de "enmienda" en el artículo 441.

Para el caso de Reforma:

Reforma. "Acción y efecto de reformar o reformarse. 2. Lo que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en alguna cosa".

La diferencia es, pues, clara: enmendar significa corregir, quitar defectos; no es el caso, evidentemente, pues no hay defecto en el inciso segundo del artículo 144 de la Constitución cuando dispone que el presidente "permanecerá cuatro años en sus funciones y podrá ser reelecto por una sola vez".

Los que quieren escamotear el referéndum dirán que solamente se trata de modificar unas pocas palabras. A ellos hay que responderles que se necesitaría incluir una sola palabra, "vitalicio", y se habría terminado el sistema republicano y tendríamos una nueva Carta de la Esclavitud, como la que, en 1843, retrataba al "guapo" Flores. El pueblo, con su sangre, dio al traste con el floreanismo.

Si la modificación constitucional la hacen solamente los asambleístas, querrán que la reelección indefinida les sea aplicable a ellos, también. Ese sería el precio del pecado. ¡Adiós a los discursos en la Asamblea Constituyente para acabar con el caciquismo en las provincias!

Por supuesto que estas disquisiciones de poco servirán legalmente, porque el Tribunal Constitucional, que es tan independiente como cualquier comisaría, dictaminará lo que el Poder quiera. De poco servirán legalmente, digo, pero irán incrementando la fuerza moral de los que se oponen a una reelección con dedicatoria, y exigen que al menos tengan la valentía moral de consultarle al pueblo, como lo han hecho hasta en cosas insignificantes, como las corridas de toros, en que hemos llegado al absurdo de que lo que es ilegal en Quito, es legal en sus alrededores, en Tambillo, Machachi, y muchas otras ciudades. Ya dicen las gentes, taurinamente, que si el presidente quiere, nuevamente, lanzarse al ruedo, debería ser consecuente consigo mismo y convocar a referéndum. ¡Esta Constitución fue aprobada en referéndum!

El Gobierno y Alianza PAIS se encuentran en la hora indecisa: ¿Cuál procedimiento adoptamos para hacer eterna la felicidad del pueblo, como ya lo han hecho los Castro, los Chávez-Maduro, los Ortega, los Morales? ¡Felizmente, el pueblo ya es inmune a la propaganda oficial!


The English ya is of all

Francisco Febres Cordero

Domingo, 30 de marzo, 2014

¡Qué lío que se armó con eso de la enseñanza del inglés en las escuelas y colegios! Es que hubo no sé qué problemas con las mallas curriculares, cuando en inglés no se usan mallas sino shores. ¡Qué brutos!: las mallas son para natación. Sin embargo, me parece que la confusión parte de la desactualización que tienen las autoridades en la enseñanza de las lenguas. La moderna pedagogía ya no pretende, como antes, enseñar a los alumnos todo el idioma, palabra por palabra. Ahora, los lingüistas somos mucho más eclécticos y creemos que basta con que los niños y niñas, jóvenes y jóvenas sepan un vocabulario básico para que, luego, lo vayan incrementando por su cuenta. Con este método, verán nomás que luego de los trescientos años de la revolución ciudadana todos salen hablando inglés como si fuera su lengua materna.

Pero como por algo hay que comenzar, tanto en las escuelas y colegios del decenio como en las del centenio y en las del milenio, hay que ir dando a los alumnos los nuevos términos que les abrirán el camino hacia su otra lengua que, necesariamente, tendrá que ser revolucionaria y basada en el proceso de cambio que viven.

Aquí van, pues, algunos tips (como decimos en inglés) básicos, por los que se debe comenzar la enseñanza del idioma:

Little limited (estas palabras sirven para que los alumnos sepan que existen compañeros que son limitaditos y por eso no entienden bien el inglés, las matemáticas, la geografía ni nada mismo y que, por lo tanto, es mejor que se vayan a la house. Of the Verg).

To the victory ever (en inglés es el grito del triunfo y dota a los alumnos de una mentalidad ganadora aun en momentos en que pierden el año, las elecciones y todo mismo).

Big hair (diferencia a los alumnos que quieren el cambio de aquellos pelucones que se aferran al pasado y que, por tanto, deben ser excluidos no solo del equipo de football sino también del bono de idiomas).

Hands cleaning (término indispensable para que los alumnos manejen el inglés de manera impoluta, no solo con las manos limpias sino también con los zapatos lustrados, la nariz bien sonada y bañaditos).

Switt Mamy Land (o sea es la inculcación al amor a la madre tierra, a fin de que los alumnos sepan honrar a la Pachamama, pero en inglés).

Indefinity reelection (estas palabras señalan a los alumnos el futuro promisorio que les espera como líderes si demuestran persistencia, tozudez y se imponen como sea sobre sus profesores y compañeros de clase).

Large neoliberal night (los alumnos tienen que conocer los tiempos oscuros del pasado, en relación con los luminosos del presente y del futuro. Esto les permitirá ampliar su vocabulario a palabras como uggly partidocracy, poor mans, idiots, sicks, dogs, lelo's, estreñid's faces, arrogants, fuck yourself y otras de ese tenor).

Y ya. Sufficient. Con esto, the English ya is of all.



English is not spoken here

Alfonso Reece Dousdebés

31 de marzo, 2014

De pocas cosas uno se arrepiente con tanto dolor como de no haber aprendido idiomas cuando el tiempo y las facultades eran propicios.... sí, siempre se puede, pero el esfuerzo es mayor y las condiciones suelen complicarse con los años. Es verdad que hace cincuenta años era más difícil, pero mi indolencia, nada más que mi indolencia, hizo que no pase de un francés de sobrevivencia. Y el inglés me negó (le negué yo) la perfección, mi conversación es trabajosa aunque conseguí aprender y recitar, con más entusiasmo que exactitud, "There was a child..." de Whitman. Leerlo es el mayor placer que me dispensa, Keats y Dylan Thomas, pero el cantar del Cisne del Avon no me es del todo inteligible. ¡Qué pobreza!

No he conocido nadie que diga que el conocimiento de un idioma le resulta molesto o que le ocupa demasiado disco duro. En cambio, he oído decir cosas tales como que el alemán es tosco, el francés amanerado o el kichwa primitivo. Sin negar que las lenguas tienen determinado carácter, los conceptos negativos sobre una u otra son siempre prejuicios basados en la ignorancia. Lejos de creer que la multiplicación de lenguas fue un castigo a la soberbia humana, creo que su diversidad es una riqueza, como toda diversidad, cada una es un tesoro. La extinción de una sola es una tragedia.

El inglés, justamente por ser la lengua de las potencias dominantes en los últimos dos siglos, es una majestuosa construcción que se enriqueció al contacto de mares, praderas, desiertos y astros. A su belleza intrínseca añadió la suerte de ser la primera lingua franca de todo el globo. Su desconocimiento en el momento actual equivale a una semisordomudez y es objetivamente una discapacidad que debe mover a compasión. Nos parecería idiota la persona que diga que la facultad de caminar es mala, porque la usan los ladrones para escapar de la policía, sin embargo, hay quienes se dan el lujo tonto de despreciar el inglés a cuenta de que es "imperialista". Hubo quien me dijo que no lo aprendió por "rechazo ideológico".

La experiencia demuestra, y los estudios lo confirman, que mientras más temprano se aprende una lengua se lo hace mejor y más fácilmente. Se habla de una "ventana" de pocos años en los que se puede aprender un idioma para manejarlo con la facilidad del materno. No sé de nadie al que se le haya fundido el cerebro por estudiar de niño una lengua. Solo contradicen estas evidencias los estólidos, pueblerinos y oscurantistas. Por eso resulta curioso que se nos sorprenda con disposiciones administrativas confusas y contradictorias, probablemente adrede confusas y contradictorias "para ver cómo reaccionan estos", que limitan la enseñanza de un idioma clave para integrarse en el mundo moderno, en la tecnología y aún en la alta cultura. Y claro, cuando se pide explicaciones de tal barbaridad (nunca más exacta esta palabra) se echa la culpa a la "prensa corrupta" que suele no entender un concepto tan claro como lo "voluntariamente obligatorio".


Un baile de máscaras

Mauricio Gándara Gallegos
3 de abril, 2014

A propósito del clamor de muchos ciudadanos para que se dicte una amnistía general para los presos y perseguidos por supuestos o reales delitos políticos, me vienen a la memoria actitudes de personajes históricos.

En Suecia, mientras en Francia explosionaba la Revolución Francesa, el rey Gustavo III sufría un atentado durante un baile de máscaras. Encubierto en su disfraz, uno de sus cortesanos le soltó un pistoletazo por la espalda que terminó con su vida en pocos días. Como estaba consciente, sus funcionarios le informaron que todavía no se había identificado al asesino; el rey, que era un caballero andante, generoso, paladín de las libertades de Comercio y de Prensa, exclamó: "Dios quiera que no se le descubra".

El mariscal Sucre fue un ejemplo de generosidad: No tomó venganza, represalias ni prisioneros, peor indemnizaciones, luego del triunfo de Tarqui. Antes, luego de Ayacucho, concedió a los vencidos el derecho a permanecer en nuestro suelo con iguales derechos que los vencedores. Al mariscal, en Chuquisaca, en Bolivia, no le quedaron rencores, pero sí un brazo inútil, consecuencia de un disparo de fusil al haber querido pasar a lomos de su caballo al interior de la guarnición militar, sublevada por instigación peruana y boliviana en rechazo a la ocupación colombiana y a la Constitución de Bolívar, que establecía un régimen semimonárquico, bajo la Presidencia vitalicia de Sucre.

El historiador Roberto Andrade dice que el general Alfaro tenía el alma de Sucre en lo que respecta a procedimientos generosos; recuerda Andrade que en Gatazo, luego de la desbandada del ejército conservador, Alfaro no mandó ni un soldado a perseguirlo y, al día siguiente de la batalla, expidió un decreto de amnistía que disponía: "Póngase en libertad inmediatamente a todos los prisioneros."

García Moreno fue un gran constructor, impulsó la educación, pero no fue generoso; actuó movido por el odio, el rencor. A su gobernador en el Azuay le escribió: "La represión pronta, enérgica, terrible es el único medio de refrenar a los malvados"… "mandaré pasar por las armas a todos los que favorezcan de cualquier modo a los enemigos, y los haré ejecutar religiosamente"… Y cumplió lo dicho: hizo fusilar a los 27 revolucionarios del "Jambelí"; al general Maldonado y otros más; entre sus víctimas se encontró don Juan Borja. Fue bárbara la condena al general Ayarza, héroe de la Independencia, a recibir 500 azotes en público; la humillación llevó a Ayarza a la tumba.

Hay un denominador común en Flores, García Moreno, Alfaro: su deseo de perpetuarse en el poder; todos ellos provocaron reacciones sangrientas que terminaron con sus sueños de poder vitalicio y, en los dos últimos casos, con sus vidas.

Continuando con lo de la amnistía, recordemos que a raíz de la sublevación de Taura, cuando secuestraron al presidente, el Congreso amnistió a los insubordinados. La Izquierda aplaudió.

Una amnistía general –no un indulto personalizado, humillante– por delitos políticos necesita el Ecuador. Ya no importa quién tiene la razón. Se trata de no seguir el camino de una Venezuela envuelta en un conflicto fratricida, atizado por el castrismo para proteger sus intereses.